Mis impresiones-1

31.- La madre y los hijos según las fases de la Luna, creciente, llena y oscura atacan con menosprecio. La madre es siempre la mujer sabia y, de hecho, en la historia familiar, ella es la que sabe realmente cuál es la mar de fondo, aunque parezca lo contrario.

32.- He decir que en este caso el escenario es tragicómico, porque es el escenario real y tiene una serie de peculiaridades que son muy significativas, pero podría estar hablando de casi cualquier otro. Ocurre que, cuando el germen de esta historia comenzó hace doce años, simplemente, como la idea de un penoso tema que después se fue alargando y quedó en barbecho... el panorama ahora es muy distinto. En esta década ha cambiado todo mucho, pero el problema familiar sigue siendo el mismo.

33.- No le pongo límites a las cosas ni a la manera de expresarlo. No he contado la historia familiar sin juicios. No soy un descerebrado, dudo y necesito un cambio de vida. No es una mirada nostálgica, sino limpia desde dos puntos de vista: en uno he nacido y he tenido que hacer un ejercicio por situarme en el otro yo. He querido ser neutral para buscar la humanidad que todos llevamos dentro independientemente de lo que se haya sufrido.

34.- A las calumnias y sobornos de la madre se unen la desconfianza y el rechazo que producen los hijos hacia el padre. Al constatar tanto rechazo cabe pensar en algo más: la sospecha de que casi todos han sido reformados para que escapen a la madre y fueron el origen de todo el problema familiar.

35.- Que a pesar de mis sufrimientos dedicara tanto esfuerzo a un tema familiar me permite decir que, si bien mi relevancia paternal es mucha, más aún, o no menor, lo es mi implicación por tratar de solucionar el problema. 

36.- Corría el año 2008 y aquella serie de acontecimientos comenzó a iluminar la mente maternal hasta entonces oscura del entorno de los hijos. Tengo la impresión de que forman un corpus coherente a lo largo del cual van espesándose las obsesiones que recorren toda mi vida de hombre separado. 

37.- ¿El objetivo de este reencuentro? Pues volver a vivir familiarmente la NAVIDAD, ese momento donde tantas y tantas situaciones han vivido juntos y por separado. El objetivo es reencontrarse con las viejas situaciones y disfrutar de un buen ambiente navideño.

Pero claro, las protagonistas ya comienzan a peinar canas, la agilidad ya no es la de antaño y, obviamente, el tiempo no pasa en balde… y el paso del tiempo es cruel y refrena los sentimientos, los impulsos, creando incómodos silencios entre ellas que lo compartieron todo hasta la enquina hacia el padre y fueron locas protagonistas de la historia, y que seguiré viendo como testigo a lo largo del tiempo, que viene trufado por varias escenas retrospectivas que remarcan aún más si cabe que las hojas del calendario no han ido cayendo en vano.

38.- Parece a veces demasiado especulativa o condicionada por la idea previa, lo que le resta valor a la acción de entendimiento, verdaderamente monumental, ni encanto y originalidad a un relato que se ve como una aventura del padre.

39.- Sólo a través de la unión de todos, con la presencia del espíritu, podríamos recuperar una armonía que había empezado a perderse con la separación, cuando la lógica racional, el afán de conquista y el desdén de los instintos carnales separaron el uno del otro y arrinconaron la consideración del matrimonio.

40.- El tiempo es un elemento más dentro de la trama de esta historia familiar, que parte de parámetros ya conocidos, pero que tengo el acierto de contarlo desde otra perspectiva, con un padre cansado y viejo, aunque honorable; una madre fuerte e independiente; una intrépida guerrera. La vejez, resulta triste, pero a la vez es reivindicada con orgullo. También es protagonista el mundo que me rodea, con ecos de un pasado glorioso.

41.- Estos son tiempos delicados para el clan familiar, pero cualquier tiempo lo es. Claro que uno trata de abordar de alguna manera el tema, pero hay que ser sutil; no se puede ser demasiado enfático, ni cargar las tintas. En cualquier caso, si de lo que se trata es de aterrorizar y de dar miedo, así que constantemente hay cambios que hacer porque, por ejemplo, no hay tiempo para sobrellevar la vida.

42.- Puedo decir con datos, que el buen trato o hablar de los problemas que nos separaron es mejor que vivir en el conflicto constante.

La incertidumbre no es algo de otros tiempos. La certidumbre de la unión familiar es una ilusión que espero alcanzar antes de dejar este mundo. Esta ilusión de que mañana será igual que hoy, tarde o temprano la vida te enseña que eso no es así y ahora me doy cuenta de la volatilidad de las cosas que creía eran estables.

43.- No hubo dudas en los ausentes. Estaba claro, pero los presentes no tienen ni idea de la realidad vivida. Nunca he dejado tanta manga ancha a los presentes como ahora. Para una historia mal interpretada es la medida necesaria. Poder hacerlo en falso es un gustazo.

44.- El tema tiene quince años de añejo y no parecía entonces que era un problema. Como mucho las peleas de ellos y el padre. Lo añadió la madre, que quería buscar un villano a pie de calle, retratar al enemigo moderno. Se habla de la precariedad familiar y otros problemas de los tiempos de hoy. 

45.- Y por eso la reivindicación y protección de mis derechos es clave. A partir de aquí, podemos discutir de lo que sea. Pues bien, esa idea ha ido calando. Es verdad que veníamos de una situación muy difícil que dejó varios momentos difíciles en el camino. Pero había que trazar un límite, dejar claro que a partir de ahora se acabaron las guerras. Que hablando entre todos podemos encontrar soluciones comunes. Esa crisis podría quedar resuelta en una semana. Siempre digo que hay que poner una solución a cada problema, no al revés.

De entrada, considero que si adoptan una actitud diferente, más inclinada al diálogo, eso no tarda en percibirse desde mi perspectiva. Mi impresión es que ahora no se habla más y no sé el por qué. Al mismo tiempo, sin embargo, soy consciente de que queda mucho camino por andar. Pero eso hay que visibilizarlo y podamos conseguir logros compartidos a partir del diálogo y la colaboración.

46.- El padre suele ser rechazado, pero no por recelo patriarcal, sino porque no cabe en el paisaje de toda la estructura emocional que ellos se han marcado. Cierto sentido pasional de esa parte familiar se apoya además en una dimensión del tiempo que se comparte en sus encuentros.

De ahí la primacía de la estética del instante, reflejada en el paisaje familiar. Según el padre, esta forma de presentismo lleva al conformismo conjunto.

En sus digresiones el padre apela a la errancia que, a su juicio, transmiten las ellos. De hecho, parte de este discurso se desdobla a menudo en una crítica del pasado que transmite la dualidad a un tiempo errante y asociativa a la madre.

47.- La errancia de los hijos es, de hecho, la misma errancia del propio padre, pues ese espíritu del ser errante en sí mismo se refleja en el propio ambiente hostil. He aquí, a decir de él mismo, la voz de un auténtico errante, que sobrevivió a los tiempos del desprecio. Con su capacidad y multiplicidad de acciones, le sirve al padre para denunciar el paisaje familiar que ahogó las voces individuales de entonces. Pese a estas digresiones no tan acertadas, sí estoy de acuerdo en que la vida sigue a pesar de todo. 

48.- Entre esas herencias transmitidas de la relación con mis hijos, la culpa de la madre ocupa un lugar capital. He querido hacer especial énfasis en ella porque creo que la culpa se construye, es una construcción por no asumir la desunión matrimonial.

50.- En un clima en el cual de alguna forma yo tenía que cargar con las culpas de la separación. Eso por un lado es tóxico y por otro es injusto. Me gustaría que mis hijos pudieran pensar que la culpa es algo que solo podemos contener en el perímetro de nuestra vida, de nuestras acciones y omisiones, pero no debemos cargar con las culpas de una insostenible relación matrimonial, y no debemos proyectar de lo que sucedió culpando solamente a uno de los dos.

51.- Pero irremediablemente, muchas de mis reflexiones acaban por llegar a mi mismo, un análisis del yo a raíz de esa influencia permanente que ejercen los desprecios de los hijos.

52.- Sobre esas relaciones entre padre e hijos, creo que la única diferencia entre alguien que es el malo y alguien que no es tiene la posibilidad de poner rostro a esos demonios, y eso ya puede ser un paso hacia una convivencia más amable. En mi caso, también intento llenar los vacíos que la experiencia ha dejado en mi situación. Es cuanto me queda por expresar en mi relación paternofilial y, en ese sentido, mi web “Mi familia y yo” tiene algo de carta de despedida, de intento de expresión de lo no dicho, de diálogo aunque sea estéril, algo de intentar colmar de silencios todo lo que ocurrió para superar el mal ambiente creado.

Como acompañamiento a mi malestar, también quise hablar de la familia con una serie de webs que tratan, de una manera u otra, de esa relación entre el padre e hijos. Estas han sido mis obras webs seleccionadas donde expongo gráficamente mis sentimientos.

53.- En esas webs familiares desde sus inicios hasta la actualidad, propongo un repaso por todo tipo de temas vividos por el propio tiempo pasado. Desde las fotos de mi álbum familiar, desde un presente histórico en el que es a la vez el protagonista de la fotografía, el adulto que la mira y el hombre que se ve mirando la foto, hasta libros, ciudades, fotos o vídeos. 

54.- Mientras tanto, ¿qué le ocurrirá a los hijos? Una vez caído el telón, expuestas las mentiras, ¿qué es lo que hay tras ese luminoso fulgor que los envolvió a todos? ¿Serán felices y comerán perdices o aún quedará un último sacrificio por realizar?

Todas estas y muchas más respuestas se encuentran dentro de esta última web y puedo asegurar que hace tiempo que no había experimentado tantas emociones, y que confirma mi teoría de que las buenas historias deben tener su final cuando toca, sin dejarse cautivar por el éxito, y así alargar las tramas hasta la extenuación. He aquí un final perfecto para una historia única, la de los hijos y su padre.

55.- Ahora escribo más sobre el mundo que me rodea. Me cuesta. Me emociono. Trabajo de forma más tranquila, pero soy más libre de hacer lo que realmente me apetece.

56.- Es un caso que pone en una situación límite a la familia y la historia muestra cómo reaccionan de manera distinta cada uno de los hijos. No hablo de batallas, sino de cuando le dan un vuelco a tu vida. De pasar de querete a odiarte.

57.- Hay un problema grave de convivencia. De repente no puedes hablar de según qué cosas porque enseguida tu interlocutor salta. Es una pena. No creo que sea lo mejor para todos. Pero sí es un momento muy problemático que ha generado un sufrimiento innecesario.

58.- Hay que abandonar el extremismo, el fanatismo. Hay que ser prácticos: ¿estás mejor o peor que cuando empezó toda esta historia? Es obvio que todo está peor. ¿De verdad hay que admitirlo?

59.- He intentado mostrar una perspectiva muy parcial de la historia familiar, muy desde la perspectiva real. Es muy injusto que no se cuenten las cosas como son. Da mucha pena que te conviertan en un irresponsable. Hay que ser muy respetuoso con la historia y contarla como fue.

60.- Esta historia para mí acaba aquí. La guerra familiar no me interesa ahora mismo mucho. Me interesa más que la gente comprenda bien la historia y el escenario.

61.- El asunto más difícil, más doloroso fue con mis hijos para decirles que dejé de querer a su madre. Les pregunté qué les parecería si publicaba en la web familiar mis pensamientos y no me dijeron nada. De alguna manera les evité a ellos que fueran unos comentarios póstumos y que tuvieran que leer, pero la indiferencia fue el estandarte que presidía la situación.

62.- El asunto más difícil, más doloroso fue con mis hijos para decirles que dejé de querer a su madre. Les pregunté qué les parecería si publicaba en la web familiar mis pensamientos y no me dijeron nada. De alguna manera les evité a ellos que fueran unos comentarios póstumos y que tuvieran que leer, pero la indiferencia fue el estandarte que presidía la situación.

63.- Ellos se han dejado cosas que la mayoría de las veces no ofenden, pero había verdaderas acusaciones malignas... Eso, fuera.

Se han dicho cosas muy fuertes, resultado de estar contra mí. Y más que los comentarios, que no me pueden enfadar, porque muchos se ha demostrado que son falsos. Además, contaban todo ese trasmundo que ha tenido mi vida. No solo el del padre, sino un mundo poco divertido, selectivo, el que vivimos en familia.

Problemas los había. Pero era yo el que decidía si me dedicaba a estar en eso todo el día... Yo seguía mi vida como quería, y ya está. Mi problema es que a mí siempre me han tenido manía.

64.- En efecto, la realidad ha venido a desenmascarar a muchos falsos profetas y a no concederles la razón que, apoyándose en los cada vez más en la mentira, preveían una evolución de las cosas más o menos calcada a la que finalmente ha tenido lugar en la realidad: hacía tiempo que yo no confiaba en la historia deformada, esa que, lo anunciaba yo hace tiempo, es la religión oficial de los iluminados.

En nuestros días, la de saber la verdad ha pasado de pasatiempo familiar a verdadera necesidad concisa: vistos los estragos que ha causado en mi persona.

65.- Es tentador buscar culpables, es uno de los mecanismos con los que tratamos de recuperar el control. La vida a veces es impredecible, y es mejor aceptarlo y tener los máximos recursos para afrontar lo que venga. Quizás la culpa nos la echemos nosotros por lo que hicimos o dejamos de hacer. Torturarnos por ello no mejorará nada, sólo nos hará sentir peor.

66.- La familia se tomará en serio la realidad cuando se vean los hermanos y puedan decir <<mirad cómo nos queremos, mirad cómo nos protegemos, cómo no se preocupan del que peor lo está pasando>>. Esa es la mejor carta de presentación de una familia, dar testimonio visible y creíble de que todo está olvidado.

Lo importante es sabernos en la familia y sentirnos en ella. Con el deseo de unirnos firmemente, de más autenticidad y más compromiso, tanto en la autenticidad como en la solidaridad. Hay que aprender a distintos sin ser distantes. Todos con sus colores y sus matices, pero dentro de esa gran colaboración.

Existe otra historia en el saber estar, en la formación de un grupo cohesionado y en la participación, aunque sea a diario a cualquier hora del día. Enfocamos nuestra mirada hacia una parte de nosotros que, constitutivamente y sociológicamente, es real y nosotros tenemos que aprender a ser positivos y no negativos. Hay que recuperar nuestra esencia y nuestra identidad familiar.

La familia es un tesoro donde existen distintas realidades personales y, donde conviven todo tipo de ideas sin importar su ideología: <<no hay exclusividad sino inclusividad>>, y esa es la belleza de la familia unida, donde nada de lo humano es ajeno a nadie que la compone.

66.- Me temo que muchos conozcan la historia familiar a través de alguna afirmación mal intencionada y no por haber bebido de la fuente original.

Todo ello, despierta mucho interés en los demás, sin precisar a qué se debe dicha repulsión. La nausea o la desazón que provoca es la respuesta instintiva a algo extraño, no a un defecto programado del padre, planteando así la cuestión central del relato: una aberración ética, la exteriorización de nuestro lado monstruoso.

El extraño caso… es una historia corta de una gran sofisticación. La historia no se expresa a través de los padres, sino por medio de unos personajes secundarios, que van recabando información en torno a los sucesos que se dan en la familia.

Es una historia muy tensa recorrida por una fiebre de odio siempre bajo control de la madre, que sería uno de los rasgos distintivos y distinguidos de cada momento: incluso sus actuaciones más delirantes están bien sujetos por las bridas de la inmesura.

Todo esto son detalles para mí preocupantes que forman parte de la otra red secundaria de la memoria. Si no fuera por estos detalles no podría confiar en la memoria verdadera ni hallaría consuelo conmigo mismo.

67.- La relación personal con mis hijos: un contacto físico, una cercanía que siempre fue importante para mí, es nula aún más en este estado especial de confinamiento. Lo mismo mi acción con respecto a la Naturaleza: el paisaje alhambreño, los pinos de la montaña próxima a mi casa. Por más que ya esta relación se ha visto ya aumentada con la pandemia y sólo a quedado unos movimientos de subida y bajada por las escaleras de mi vivienda y a unas deliciosas ovaciones a las ocho de la tarde.

 

68.- Desde siempre la precaución y la cautela han sido los pilares de mis decisiones, pero como padre además de persona, tengo el deber de proteger a mis hijos, hacia los que les tengo un gran sentido de la responsabilidad. No me siento en la posición de juzgarles, solo espero que las repercusiones de todo lo ocurrido antes no sean graves

Los espacios familiares son vastos y el distanciamiento que existe no necesita imponerse a la fuerza, porque forma parte de la historia desde tiempo inmemorial.

No está de más dar un paso al lado para impedir que el distanciamiento, además de nuestros cuerpos, colonice nuestras mentes. La ansiedad seguirá, pero podemos rebajarla si aceptamos que los desprecios en general, y el mío en particular, son una fuerza transformadora de la vida y que ellos, lo quieran o no, nos hacen ser lo que somos. La situación actual del coronavirus nos obliga a negociar, a incorporar un elemento esperanzador en el interior familiar. Son como los neologismos que llegan a nuestra lengua. Con el tiempo son ya parte de la misma y se convierten... en un bien altamente deseado.

69.- Mis hijos fueron escépticos por la influencia de la madre. Lo cuestionaron todo hasta que vean la evidencia y pongan las cosas en su verdadero sitio. Hay que llamarles simplemente negacionistas, porque eso es lo que son: se niegan a aceptar la realidad.

Pudieron ser ignorantes, no precisamente estúpidos. Simplemente se dejaron llevar por una visión cortoplacista y no quieren oír mi versión. Está claro que no puedo permitir que la madre haga todo el trabajo sucio en contra de mi, pero, precisamente, los hijos tendrían que pedirme información para poder aclarar las cosas, en vez de seguir destruyendo la relación paterno filial por su cuenta y riesgo.

El hecho de que ahora estén en un periodo de actividad mínima va a tener un efecto muy pequeño, mientras sigan aumentando imparablemente las ideas proclamadas desde un principio. En todo caso, puede servir para ralentizar la subida de desprecio hacia mi, pero el problema va a seguir estando ahí y no nos puede servir como excusa para demorar la relación familiar.

70.- Teniendo siempre presente el sufrimiento y los inconvenientes acarreados por la situación familiar, uno de los aspectos positivos de esta situación es que buena parte de las aseveraciones se han trasladado a ese tercer entorno extrafamiliar, cuyo desarrollo ya ha transformado a las personas en aliadas. Existen miles de procesos que se hacen en ese nuevo ambiente creado a través de las palabrerías infundadas y el futuro presiento que continuará en esa dirección.